“El pueblo no debe temerle a su Gobierno. El Gobierno debe temerle a su pueblo”.  (V de Venganza)

Hace casi una semana el FBI decidió cerrar Megaupload y con ello el gobierno de los “Estados Unidos” (conciente de ello o no) le declaró la  guerra a todos los ciudadanos libres del mundo.

Megaupload es una página emblemática, al ser un sistema de  descargas directas e intercambio de archivos refleja claramente el espíritu mismo del Internet, el libre intercambio de información.

El cierre de esta página y el arresto de sus fundadores ha sido un mensaje a todos los cibernautas, ha sido una forma de dejar muy en claro que los “Estados Unidos” no necesita aprobar leyes como SOPA o PIPA para cerrar la página que ellos deseen.

Internet hace muchísimo que dejó de ser un juguete para adolecentes para convertirse en una gran red de datos, una plataforma virtual donde convergen y confluyen todos los conocimientos adquiridos por el hombre, una verdadera inteligencia colectiva mundial en constante evolución. Eso es lo que representa Internet hoy en día gracias a la casi irrestricta libertad imperante dentro del mundo virtual.

No podemos permitir que esto cambie, las naciones, estados y autoridades provenientes de eras pasadas no lo entiende y los que si lo hacen le temen. Ven anarquía y buscan legislar, controlar, oprimir y censurar. Internet es lo más cercano a una utopía que haya podido crear el hombre y debemos defenderla, no podemos permitir que el deseo de control, la manía de censura nos lo arrebaté.

Un Internet, regido por leyes como PIPA o SOPA simplemente dejaría de ser Internet, es más factible desenchufar la red que oprimirla.

Anonymous contraatacó ante el cierre de Megaupload colapsando las páginas de importantes empresas discográficas y cinematográficas y la página web del FBI. “El FBI había cerrado Megaupload, entonces Anonymous cerraría el FBI” esa era la idea.

La cosa tiene para rato, el cierre de Megaupload parece ser el primer paso de un megaoperativo contra varias páginas similares, además pese a que las leyes SOPA y PIPA fueron derrotadas, nada impide que surjan nuevas iniciativas legislativas de este tipo (en España se está gestando una por ejemplo). Y Anonymous ya anunció nuevos ataques.

La respuesta de Anonymous, ha desencadenado lo que ya se conoce en las redes sociales como la “Primer guerra mundial virtual”, una guerra por defender la libertad masiva, una guerra encabezada por Anonymous pero peleada por muchos.

“¿Quién los ha nombrado? ¿Quién dice que los que los aplauden hoy, mañana no le temerán u odiarán? ¿Cómo sabemos que no son ellos los que desean hacerse del poder? ¿Con qué derecho deciden atacar tal o cual página en nombre de la libertad?”.

Pocos argumentos, pero muchas preguntas de gente que está en contra de los Anonymous, gente que parece creer que la organización se limita a un grupo de hackers, a una cúpula que desde la clandestinidad decide antojadizamente a quiénes atacar y quiénes no. Están equivocados.

“Somos Legión” advierten los Anonymous en sus videos y si bien es cierto los ataques a redes de compañías y gobiernos son dirigidos por hackers, para ser un Anonymous solo basta estar de acuerdo con ellos y difundir su mensaje para ser parte de su organización.

No se conoce una jerarquía o una estructura orgánica dentro del grupo y es probablemente allí donde reside su poder: son solo una máscara y una voz sintética proclamando libertad. Son ideas sueltas en el imaginario popular, ideas que consiguen el apoyo de las masas. Anonymous no tiene líderes, ni cabecillas. Anonymous somos todos los cibernautas creyentes en la libertad dispuestos a luchar por ella.

La guerra por la libertad de Internet acaba de empezar y Anonymous, parece ser, el único capaz de defenderla.